En esta entrada os traemos una receta ideal para hacer un aperitivo ligero, pero con unas propiedades nutricionales muy interesantes, ya que es rico en proteínas y bajo en grasas saturadas.

También es un plato que se puede llevar fácilmente, por lo que también lo podéis guardar como receta para los días de comidas en el campo. O incluso, por su textura, se puede emplear como relleno para bocadillos a modo de paté, pero con muchas menos grasas saturadas que éstos.

Es muy fácil de cocinar, además de muy económico. Con qué se especie el pastel se puede modificar, un poco a vuestra elección en función de los gustos.

Como veréis en el proceso de elaboración, no necesita cocción previa de los garbanzos, sino solo ponerlos en remojo. La consistencia de pastel firme se consigue gracias a la levadura de cerveza, que es otro de los ingredientes.

Para los que no conozcáis la levadura de cerveza, se trata de un alimento a partir de un subproducto de la industria cervecera. Así, que es un alimento sostenible. Su presentación es en forma de copos. Su consumo cobra importancia por su alto contenido en proteínas, de 45 a 50 gr por 100 gr de producto. Por lo que es un buen complemento para esos días en los que por las prisas nuestra dieta es un poco deficitaria en proteínas. Es una alimento sin gluten, por lo que esta receta la pueden consumir también las personas celiacas.

Bueno, vamos con la receta.

Ingredientes:

• 1 taza de garbanzos ya remojados (media taza en seco)
• 2 tazas de agua
• 2 cucharadas soperas de levadura de cerveza
• 1 cucharadita de café de sal
• 1 cucharada sopera de aceite (oliva o semillas)
• 1/2 cucharadita de café de chile en polvo
• 1/2 cucharadita de café de tomate deshidratado seco
• 1/2 cucharadita de café de orégano
• 1/2 cucharadita de café de ajo en polvo

Elaboración:

Poner los garbanzos en remojo 8 h antes de hacer la receta. Una vez que han estado en remojo el tiempo necesario tendremos una taza de garbanzos (el tamaño de la taza a usar es de una taza de unos 240 ml).

Ponemos en el vaso mezclador de la trituradora la taza de garbanzos, las dos tazas de agua, la levadura de cerveza, la cucharada de aceite de oliva y las especias al gusto. Tritura bien hasta conseguir una mezcla homogénea sin trocitos.

En una cazuela antiadherente vierte el contenido triturado y calienta a fuego medio, removiendo continuamente. A medida que la mezcla se calienta, verás como se va espesando hasta formar una masa como si estuvieras haciendo croquetas. Cuando esté bastante espesa, como en la foto, se retira del fuego y se echa en un molde con la forma deseada para tu pastel.

Una vez en los moldes se introduce en la nevera para que se enfríe consiguiendo la textura final.

Después ya solo queda desmoldar y disfrutar acompañado con unas tostas o picatostes, o de la forma que más te guste.