Hoy os traemos un sabroso y rico pan elaborado con semillas de lino dorado. Se trata de un pan esponjoso super fácil de hacer, ya que apenas necesitas ingredientes, y aunque se trate de una receta de pan no necesita el paso de fermentación propio de los panes.
El lino, ya sea dorado o marrón, se trata de una semilla que es la reina en cuanto al contenido en omega 3. 15 gr de ésta semilla te aporta el 135% del omega 3 diario que necesitamos. Además nos ayuda a compensar la descompensación que causa el omega 6 que contienen las margarinas vegetales de maíz o girasol, las cuales producen inflamación de nuestro cuerpo.
Además, gracias a la fibra que nos aportan, ayudan a mejorar el tránsito intestinal, y por una fibra peculiar que posee; LIGNANOS, también tiene efecto antioxidantes.
En cuanto a vitaminas, nos aporta B1, que son fundamentales para protegernos de enfermedades del corazón y neurológicas.
Así, consumiendo este pan, además de proteger nuestro corazón y sistema nervioso, estaremos luchando contra los agentes oxidantes que cada día producen envejecimiento corporal, y derivado de ello también mutaciones en las células que pueden desencadenar la formación de un tumor, especialmente en los casos de cáncer de mama y próstata.
El aceite que se puede extraer de las semillas de lino es un aceite beneficioso para la curación de las quemaduras.
Y ahora, una vez que ya os hemos contado un poco porqué os deberías de animar a hacer y consumir este pan, vamos con la receta, que vais a leer lo sencilla que es.
Ingredientes:
- 9 cucharadas soperas de lino
- 2 claras de huevo
- 2 huevos enteros
- 1 pizca de sal
- 1 sobre de levadura en polvo.
Las cucharadas de lino necesarias son variables en función de la cantidad de pan que queráis hacer. Así, más o menos el cálculo que yo he realizado, es que por cada 3 cucharadas de lino tenéis que añadir o 2 claras de huevo o 1 huevo entero. O una cosa u otra.
Cómo hacer el pan:
Ponemos a precalentar el horno a 170º.
Lo primero que tenemos que hacer es poner las cucharadas de lino en la trituradora hasta que formemos como una harina, que podéis ver cómo queda en la imagen de arriba, en el bol de metal que ya es triturado el lino. Se puede hacer con semillas de lino dorado o marrón, la que prefiramos, o incluso mezcladas.
A esta harina le añadimos el sobre de levadura en polvo y la sal y mezclamos.
En otro bol separamos las claras de la yema de los huevos que decidamos echar solo las claras. Como os comentaba más arriba, si por ejemplo hacéis un pan de 6 cucharadas de lino tenéis la opción o bien de hacerlo con 4 claras de huevo o con 2 huevos, o por ejemplo con 2 claras y un huevo entero. En éste caso, yo por ejemplo elegí echar dos claras y dos huevos enteros.
La mezcla de huevo que hayamos seleccionado la añadimos la bol en que tenemos la harina de lino y la levadura. Integramos bien y nos queda una masa como en la foto.
Añadimos la masa a un molde, que procuraremos no sea demasiado grande para que nos quede grueso el pan, estilo a un pan de molde. Y he elegido un molde de plumcake.
Al que por encima he añadido semillas de pipas de girasol, calabaza, de amapola y sésamo. Aquí podéis usar lo que tengáis por vuestra despensa o nada. A gustos. También se pueden añadir frutos secos.
Se introduce en el horno unos 30-40 min a 170º. El tiempo depende un poco del horno y si lo ponéis ventilado o no. Yo en mi caso sí, y tardó unos 40 minutos.
Como veis queda un pan de miga esponjosa, que en mi caso incluso hubiera admitido un poco más de horneado para tener una corteza más definida.
Ahora os dejo una idea de como usar este pan. Nosotros hemos hecho unas tostadas de este pan, que hemos tostado un poquito, y después las hemos acompañado con aguacate y yema de huevo ahumadas. Las hemos sazonado con un poco de sal y pimienta.
Las yemas de huevo ahumadas son muy sencillas de hacer y son una forma de aprovecharlas, ya que en la receta desechamos dos. En un recipiente mezclamos sal y azucar. Más sal que azucar si el objetivo es usarlas en recetas saladas. Introducimos las yemas habiendo tenido cuidado previamente de que no se rompan y no tengas apenas restos de clara.
Tapamos las yemas con la mezcla de sal y azucar y tapamos el recipiente. Lo introducimos a la nevera y dejamos. En función de cuanto tiempo estén se quedarán mas o menos duras. En unas 6 horas aún la yema por dentro está fresca como veis en la foto de las tostas, pero con suficiente cuerpo como para cogerlo con un cubierto. Ya que antes de usarlas las tenemos que pasar por agua para limpiar de la sal y azucar.
Si las dejamos 48 h se quedan completamente sólidas y se pueden rayar, por ejemplo, encima de una ensalada.
Bueno, esperamos que os haya gustado esta sencilla, pero super nutritiva receta. Os animamos a hacerla en cualquier rato que tengáis, ya que no lleva apenas tiempo su elaboración y es de ingredientes sencillos, y una vez realizada tendréis rebanadas de pan para varios días. Ya sea para llevar un bocado para media mañana al trabajo o para preparar una cena rápida pero sana.
