Si os apetece sorprender con unas hamburguesas diferentes, que no las típicas de carne, podemos pensar en hamburguesas de pescado o en unas ricas hamburguesas vegetales. Además, una vez realizada la masa para ellas podéis tener para más de un día, o congelarla ya en porciones para tener la cena o la comida lista en días futuros en los que no dispongas de mucho tiempo.
Fáciles de hacer, así que os animo a que las probéis.
Para esta receta hemos usado una mezcla de quinoas, blanca, roja y negra, pero la podéis hacer con la quinoa que tengáis o la que más os guste. Si en vuestras casas no les gusta mucho notar los granos integrales, quizás mejor sólo con la blanca.
La quinoa es un pseudocereal que NO contiene glúten, pero sí todos los aminoácidos esenciales, por lo que empleando ésta para la receta el aporte proteico está asegurado y no es necesario en esta comida que complementéis el plato con otras proteínas de origen animal.
El mijo pertenece a la familia de los cereales. Aunque en África es un ingrediente muy usado para panes sin fermentación, en Europa se ha aumentado su consumo sólo recientemente. Destaca por su alto contenido en hierro y magnesio. Tampoco contiene glúten.
Ingredientes:
- 120 gr de quinoa
- 60 gr de mijo
- Caldo de verdura o agua (el triple de volumen que de el volumen dela quinoa y el mijo)
- 3 zanahorias
- 1 cebolla
- Medio pimiento verde y medio rojo o un pimiento entreverado.
- Sal y otras especias al gusto.
- 1 huevo (opcional)
Preparación:
Ponemos en una cazuela a cocer la quinoa con la mitad del agua o del caldo. Mientras picamos muy finitas las verduras y las sofreímos en un pequeño chorro de aceite de oliva virgen en una sartén antiadherente. Cuando hayan cogido un poquito de color y la cebolla comience a volverse transparente, añadimos el mijo y lo sofreímos un poco.
A continuación añadimos la quinoa con el caldo que aún le quede en la cazuela y damos vueltas para mezclar todo. Vamos añadiendo agua o caldo según vaya necesitando el plato hasta formar una masa compacta sin excedente de líquido. Más o menos requirió 3 veces líquido al volumen de ingredientes secos, pero es preferible que no lo añadáis todo de golpe para ver realmente el líquido que necesita.
Salpimentar o aderezar con las especies que más os gusten. En mi caso sólo añadí un poquito de sal, pero combina muy bien con curry o con cilantro.
Dejar enfriar la masa. Una vez atemperada podemos formar las hamburguesas. Pasarlas por la sartén a modo de plancha.
Truco: Se rompen con facilidad al darles la vuelta, por lo que podéis optar por dos trucos; o bien hacerlas de tamaño pequeño para que sean más fáciles de manejar o añadir un huevo a la masa, para que al pasarlas por las sartén queden mejor compactadas. Nosotros optamos por la segunda de las opciones.
No considero que la masa permita formar albóndigas y freír en abundante aceite como el falafel, ya que la masa de garbanzos es más densa que ésta.
Se puede servir únicamente las hamburguesas o acompañadas de pan de hamburguesa, queso, lechuga, tomate, pepinillo…. Y dar apariencia de hamburguesa 100 %!!
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